domingo, 19 de octubre de 2008

Enfréntate a tus miedos

Miedo de altura. Miedo de hablar. Miedo de correr riesgos. Miedo de no agradar a otros. Miedo de la miseria. Miedo de la muerte y miedo de la vida. Son tantos los miedos que acechan nuestra mente que, casi sin querer, acabamos influenciados por estos verdaderos "cupins mentales", que corroen nuestra paz interior silenciosamente, impidiéndonos ser quien realmente podemos ser.


EL norte-americano Wayne Dyer, DR en psicología y autor de muchos libros sobre el tema, dice que nuestro desempeño en la vida depende de la forma como enfrentamos nuestros miedos. Yo concuerdo enteramente con el.


La cuestión aquí no es si tenemos o no miedos, es como los enfrentamos.


Todo ser humano tiene sus fantasmas internos que asombran con una determinada frecuencia, y aprender a lidiar con esa situación es esencial para tener una vida equilibrada y feliz.

Cuando nos a Enfrentarnos a nuestros miedos siempre es una actitud de valentía y de creer en uno mismo y con ella desmitificamos su importancia y la volvemos mas normal.

Hay momentos que necesitamos ayuda profesional para superar esas situaciones, y eso no debe ser visto como señal de flaqueza. Por el contrario, debemos buscar esa ayuda.En algunos casos, la lectura de un buen libro o también la conversación con alguna persona que supero el mismo tipo de miedo que ahora tu intentas superar, puede ayudar en la búsqueda de armonía, tan deseada.


Sea cual sea el camino, no dejes de enfrentar tus miedos. Evita colocarlos dentro de un cajón, fingiendo que nada está sucediendo.

Muchas carreras son destruidas, parejas rotas y problemas de salud agravados cuando no buscamos herramientas para superar tales miedos.

Volviendo otra vez al Dr Dyer, el afirma, que cuando aprendemos a mirar atentamente para nuestros recelos, con sabiduría envés de juzgar, pasamos a aprender con ellos. Pero para que eso ocurra necesitamos, sin duda, enfrentarnos a nuestros miedos.

martes, 7 de octubre de 2008

La grandeza Del Silencio


Te has parado a pensar en la grandeza del silencio? Aprender a estar en silencio puede ser tan importante como aprender a hablar y a relacionarte con otras personas.

Es interesante percibir que en una sociedad tan materialista como la nuestra, que privilegia el tener en detrimento de ser, no nos faltan motivos para refugiarnos dentro de nosotros mismos y estar en silencio.

Estar en silencio no significa no hablar, ni estar quieto sin nada que decir. Silenciar es un arte que nos comunica con nuestro autentico ser, con nuestros sueños es la conexión con nuestro autentico yo.

El aprender a estar en silencio es tan importante como hablar.

Cultivar instantes de silencio nos puede proteger de la impulsividad que acecha nuestra alma y puede ayudarnos a contactar con nuestra esencia. Así, podemos descubrir cosas antes no observadas con la debida atención.

Esta claro que muchos podrán decir que estar quieto y en silencio puede ser una actitud egoísta y cobarde en algunos momentos en que se espera que algo sea dicho o hecho.


Bien, realmente eso es verdad, sin duda alguna. Entonces, prefiero en ese momento hacer otro tipo de silencio. Aquel que educa el alma, que nos trae equilibro frente a la vida. Aquel que nos auxilia a preservar nuestra identidad cuando estamos prestados a un alto grado de impulsividad y stress y estamos expuestos a hacer algo que podamos arrepentirnos por mucho tiempo.


Como todo en la vida, ese silencio sabio puede ser aprendido y cultivado. Una buena sugestión es reservar, aunque que sea una vez a la semana, un instante de 30 minutos en el que tú no hables nada, ni estés leyendo o viendo algo. Solo observando la vida, en silencio. Solo comunicándote con el mundo por el poder de tu pausa. Con seguridad estamos en silencio muchas veces, inconscientemente.

La idea aquí es programar el silencio, como nos preparamos para ir al cine por ejemplo. Y disfrutar de ese proceso, aprendiendo a ver en el un momento de encuentro, de gran placer.


Al final, el silencio debe ser muy importante, en caso contrario no abríamos nacido con dos orejas y una boca… Aprovechamos la oportunidad y hagamos del silencio la paz que nos serena el alma e ilumina la vida en los instantes de agresiones, dudas o dolor, pero también debemos acordarnos de el en nuestras horas de alegría mas profundas, deforma que siempre pueda acompañarnos en todos los instantes de la vida como gran aliado.